SÁBADO, 21 DE MAYO DE 2011 14:49
Para ser un "obseso sexual" -que es al nivel al que la opinión pública parece haberlo colocado- Dominique Strauss-Kahn llevaba una vida de lo más discreta en Washington. El mismo se había referido con sarcasmo a la inexistencia de pruebas acerca de su presunta hiperactividad sexual en una entrevista publicada la semana pasada por el diario francés Libération: "Durante años han estado hablando de grandes orgías, pero nunca ha habido pruebas".