CLIC AQUI PARA UNIRTE A NUESTRA PAGINA COMUNIDAD.
George Whitman, quien murió esta semana, tenía una conocida librería en París que durante décadas ha sido más que un lugar para comprar libros en inglés. Se trata de un refugio para los escritores y un atracción turística, un sitio con una atmósfera propia.
George Whitman, quien murió esta semana, tenía una conocida librería en París que durante décadas ha sido más que un lugar para comprar libros en inglés. Se trata de un refugio para los escritores y un atracción turística, un sitio con una atmósfera propia.
Whitman
se ganaba la vida vendiendo libros, pero nunca olvidó cuánto le debía a los
autores. Por ell,o su tienda era un lugar donde se los recibía tan bien.
Durante
décadas, miles de escritores le ayudaron, dando su tiempo a cambio de unas
pocas horas, o más, compartidas con almas gemelas.
Su
lema era: "Da lo que puedas, toma lo que necesites".
Se dice que poetas como Jack Kerouac, Allen Ginsburg y William Burroughs
recitaron poesía allí.
El negocio cambió de nombre a Shakespeare and Company en 1964 tras la
muerte de Sylvia Beach
La hija de Whitman, Sylvia, nació en 1981
George Whitman murió el pasado 14 de diciembre. Tenía 98 años.
Unas
pocas líneas de William B. Yeats están pintadas sobre la pared: "No seas
inhospitalario con los extraños, puede que sean ángeles disfrazados".
Los
autores que visitaron el lugar podían trabajar aquí, dormir entre pilas de
libros y absorber esa atmósfera literaria única.
Semanas
atrás, poco antes de la muerte de George Whitman, hablé con su hija Sylvia
sobre la posibilidad de unirme a ese grupo de escritores-voluntarios. No mucho
después conocí el cálido ambiente de Shakespeare and Company.
"Y
esta es la sección sobre París", dijo Linda detrás del mostrador, con su
cadencia irlandesa, al comenzar mi gran tour por las estanterías de libros.
Es
una mañana gris, en la que uno no esperaría ver mucha gente, pero aun así el
negocio está lleno de bibliófilos.
La
librería recibe su nombre de otro sitio que solía estar no muy lejos, también
sobre el Sena, y que era lugar de encuentro para personajes como James Joyce y
Ernest Hemingway. La dueña de aquella Shakespeare and Company se llamaba Sylvia
Beach.
Y
Whitman eligió ese mismo nombre para su hija.