Esta tendencia nació en las prisiones de los Estados unidos, en que los reclusos que estaban dispuestos a tener relaciones sexuales con otros presos necesitaban inventar una señal que pase desapercibida para los guardias de la prisión para no sufrir consecuencias.
Por eso usaban los pantalones debajo de la cintura que al mostrar parcialmente las nalgas demostraban que estaban disponibles para ser penetrados.