Una clase de biología sobre los tipos de sangre y que planteó dudas a un alumno sobre sus orígenes acabó con el divorcio de sus padres, al descubrirse que su padre “oficial” no era el verdadero.
La lección llevó al hijo a preguntarse cómo era posible que él tuviese sangre de tipo B si sus dos padres la tenían de la clase A, algo que comentó en su casa y desencadenó las sospechas del padre. Un examen de ADN comprobó que el niño no era su hijo biológico, y en el juicio por el divorcio se descubrió que su esposa tuvo una relación extramarital.