Por José Francisco Arias
El candidato presidencial del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, no se ve bien reclamándole a su adversario del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, que se dirija a él como candidato y no al presidente Leonel Fernández, porque éste no es el postulado de su organización.
No sabemos qué pensarán sus estrategas, pero con ese pedido, en medio de la campaña, Medina ha quedado en una posición no favorable a su imagen de hombre que aspira a ganar las elecciones del próximo 20 de Mayo.
Hipólito ha estado haciendo ataques directos al presidente Fernández y a la corrucpión, que según afirma, hay en su gobioerno, y cuando se refiere a Danilo lo hace calificándolo de títere del mandatario y líder del PLD.
Danilo le ha hecho un vehemente llamado y le ha manifestado que el candidato es él, y no Leonel, por lo que le reclama que se dirija a él cuando de enfrentar a su o sus adversarios se trate.
Quiérase que no, eso evidencia una cierta debilidad del postulado a la Presidencia por el PLD, y eso bien lo percibe el candidato con el que compite, quien ha seguido lanzando dardos al presidente de la República y dejando relegado, en ese sentido, a un plano secundario, a quien es su verdadero contendor.
Que Hipólito maneje la estrategia de no dirigirse a Danilo puede estar bien; es una manera de decirle que no está en su peso, que no es contrincante para él. Ahora, lo que no debió nunca Danilo fue sentirse ignorado y hacerle el reclamo a Mejía de que se dirija a él y no a Leonel.
Podía mantener su discurso de propuesta y hasta lanzar ataques al propio Hipólito, obviando que éste lo pudiera estar ignorando en el debate. Pero como ha tomado las cosas, se ve como un contendor al que su contrario lo ve tan débil que ni caso le hace.
Y así ha sido: ante el pedido de Danilo, Hipólito ha mirado para otro lado y ni se ha dado por enterado. Fue un reclamo que Medina jamás debió hacer.
