Hepatitis B: silenciosamente mortal.
SANTO DOMINGO. Según la Organización Mundial de la Salud, la hepatitis B constituye un importante problema de salud. Cerca de un tercio de la población mundial -alrededor de 2 mil millones de personas- han estado expuestas al virus a través del contacto con sangre o con fluidos orgánicos (semen, secreciones vaginales, leche materna, sudor, saliva, lágrimas).
"La hepatitis B es una enfermedad grave causada por un virus que se transmite por la sangre o por vía sexual desde un enfermo con hepatitis activa o de un portador del virus de la hepatitis B (VHB). Puede causar una infección aguda o crónica y así persistir en la sangre causando cirrosis del hígado, cáncer del hígado, insuficiencia hepática... es principal causa de trasplante de hígado en un veinticinco por ciento", explica la doctora Marlene Pérez, especialista en gastroenterología y hepatología, del Centro Médico Dominicano.
La médico afirma que este virus es 100 veces más contagioso que el VIH. "Nuestro país está considerado mundialmente con una incidencia intermedia (2-7 %) pero faltan estadísticas que puedan avalar dicha afirmación. Por lo tanto, la identificación de pacientes con hepatitis crónica B y el uso responsable del tratamiento antiviral son medidas importantes de salud pública que deben ser abordados", considera.
Esta enfermedad no se transmite por alimentos o agua, ni por compartir utensilios para comer, abrazar, besar, dar la mano, toser o estornuda. Sin embargo, las vías más comunes de transmisión son: relaciones sexuales, transfusiones de sangre, drogas inyectables, tatuajes, perforaciones o piercing, aplicar acupuntura (si son realizadas con material no desechable), dice la experta.
Pérez señala que la enfermedad es prevenible con una vacuna y considera es la mejor protección. "Es importante que reciba las tres dosis recomendadas para que la vacuna dé su máxima protección. Aunque la clave para la protección es la práctica de una sexualidad saludable. La vacunación completa induce anticuerpos que alcanzan concentraciones protectoras en más del 95% de los lactantes, niños y adultos jóvenes".
Cómo se detecta:
Esta afección se puede detectar de 30 a 60 días después de la infección y persistir durante períodos de tiempo muy variable. La mayoría de las personas que adquieren el virus se recuperan sin consecuencias. Esta forma de infección, que dura menos de seis meses se conoce como hepatitis B aguda, mientras que cuando la infección perdura por más de seis meses se conoce como hepatitis B crónica. Aproximadamente el 5% de los adultos que adquieren la infección desarrolla la forma crónica.
Según Pérez, los síntomas de la hepatitis B son muy parecidos a los de la gripe, por lo que sugiere prestar la debida atención cuando la persona tiene: cansancio, falta de energía, pérdida del apetito y de peso, fiebre, tono amarillento de la piel o los ojos (ictericia), dolor en las articulaciones, orina de color oscuro, náusea, vómitos y diarrea.
tratamiento
Pérez destaca que la infección aguda rutinariamente no se trata, el tratamiento es de apoyo. El personal médico puede aplicar tratamiento según la gravedad de la misma. Para la infección crónica existen medicamentos antivirales que están disponibles y el médico calificado es que debe valorar la necesidad de tratamiento según cada caso y según los protocolos. Las personas con infección crónica por VHB requiere una evaluación médica y un seguimiento periódico para determinar si la enfermedad está progresando y para identificar daños en el hígado o carcinoma hepatocelular.