Mentirillas como: “sí, mami yo me bañé; ya terminé mis tareas; síiii, me comí todos los vegetales”. ¡Mentira! Los tiró al zafacón. “¿Cogiste... que estaba en la nevera?” “No, mami, no fui yo”.
En principio, y si no se hace un hábito en los niños, estas pequeñas mentiras podrían pasar desapercibidas a los ojos de los padres; sin embargo, si se tornan muy frecuentes y no se observan cambios, sino que, por el contrario, se incrementan, es tiempo de poner atención.
Buscando respuestas al por qué de las mentiras de los niños, ¡Vivir! pidió la opinión de una especialista del área de la conducta, Roxana Ginnette González, psicóloga clínica e infanto juvenil, psicomotricista, terapeuta de pareja y familia e hipnoterapeuta del Centro Vida y Familia Ana Simó.
Lo primero que nos cuenta la especialista Roxana G. González es que existen varios factores que pueden llevar a los niños mentir, entre los que menciona: que el niño tenga miedo, que sepa que si dice la verdad estará en problemas, o que se esté desarrollando en un ambiente en el que la mentira esté presente, tanto de parte de sus padres como de los demás miembros a su alrededor, y él copie la misma conducta.LEER MAS.