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Cuando se trata de perder peso, mercad
ofrece un amplio abanico de posibilidades. Desde la tradicional dieta con un
poco de ejercicio y el uso de fármacos, hasta la cirugía. Otra opción sería
acudir a un robot.
Éste es el invento que desarrolló Cory D Kidd de la universidad MIT en Boston, Estados Unidos. Un robot que mantiene motivada a la persona que no sólo quiera bajar unas medidas sino continuar con unos hábitos alimenticios y de ejercicio a largo plazo.
Éste es el invento que desarrolló Cory D Kidd de la universidad MIT en Boston, Estados Unidos. Un robot que mantiene motivada a la persona que no sólo quiera bajar unas medidas sino continuar con unos hábitos alimenticios y de ejercicio a largo plazo.
El
Autómata Intuitivo (AI) es un aparato interactivo de no más de 30 centímetros de
alto, que cuenta con una pantalla táctil, una camarita y un software que controla la interacción y
comunicación con el humano. Lo más importante: tiene cara.
Para desarrollar este pequeño “entrenador personal”, Kidd explica que realizó un estudio a 45 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años, dividido en grupos de 15.
Para desarrollar este pequeño “entrenador personal”, Kidd explica que realizó un estudio a 45 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años, dividido en grupos de 15.
Durante seis semanas a cada una de
las personas del primer grupo les dejó un prototipo de AI, a los pacientes del
segundo grupo un computador con el mismo software y pantalla táctil que el
robot y a los últimos 15 les dio unas hojas de control de peso comúnmente
utilizadas en programas de seguimiento contra la obesidad.
“Era importante que en el tiempo que
estuvieran participando en el estudio, los pacientes no recibieran ayuda humana
para cumplir con la dieta o sesión de ejercicios“, aclara Kidd, quien estuvo en
Barcelona, España, presentando su invento.
Al cabo de 5 semanas, el doctor empezó a notar que había diferencia entre los tres grupos de pacientes.
“Quienes tenían la hoja de control habían abandonado sus esfuerzos por adelgazar, los que tenían el computador estaban luchando por mantenerse en el programa, mientras que los que tenían un AI me preguntaron si podían quedarse con el robot unas semanas más“. En promedio habían perdido medio kilo a la semana.
Al cabo de 5 semanas, el doctor empezó a notar que había diferencia entre los tres grupos de pacientes.
“Quienes tenían la hoja de control habían abandonado sus esfuerzos por adelgazar, los que tenían el computador estaban luchando por mantenerse en el programa, mientras que los que tenían un AI me preguntaron si podían quedarse con el robot unas semanas más“. En promedio habían perdido medio kilo a la semana.
Para Cory Kidd, el éxito de su estudio se basa en la presentación del producto “tiene forma humana y puedes entablar una conversación con él”. Lo que con el tiempo termina en una especie de relación entre el robot y el humano.