Lunes 7 De Mayo 2012 by Frank Jiménez.
Etiqueta.Noticia.
Mi consejo a las parejas jóvenes y de mediana edad es arreglar sus
asuntos de comunicación, asuntos familiares y muy específicamente los asuntos
que tienen que ver con la empatía mutua entre parejas, mientras les queda
facultad, sentido del análisis, y juicio.
Todo esto tiende a desaperecer cuando se llega a los años de los cuales el ser humano dice "no tengo en ellos contentamiento" y entonces es tarde para aprender dar el verdadero valor a la familia, a las parejas y aún a los que nos rodean.
Un señor de algunos sesenta y pico de años me enseña las cicatrices de una larga operación en su pierna para destupirle una arteria obstruída y me dice que tiene una operación igual del corazón. Agitado comienza a darme la queja de cómo tiene que "fajarse" con una máquina que desgasta aun a los hombres saludables, para remover unas lozas de su casa, porque su esposa necesita que se cambie el piso.
Hace un tiempo atrás me encuentro con otro señor también de muy avanazada edad solicitando una máquina para destupir las cañerías del baño de su casa. Le explico que dicha máquina es muy pesada y hay que subir al techo con ella para poder hacer ese trabajo.
El anciano se echó a llorar y solicitó que le dieran una máquina cualquiera, aunque no vaya a hacer el trabajo porque si él llega a su casa sin una máquina la esposa lo iba a matar. En serio "she will kill me" dijo el viejito.
Estos son casos de parejas que no se tomaron el tiempo ni la delicadesa de arreglar sus asuntos cuando todavía estaban en pleno uso de sus facultades y ahora ya es muy tarde.
Las parejas jóvenes deben solicitar ayuda, si es necesario para poder arreglar esos asuntos ahora. Es muy triste llegar a la vejez con una persona que no te inspire confianza, respeto. Que no le importe tu destino con tal de que se haga lo que ella o él diga. Que tengan que vivir como dos perfectos extraños o peor aun enemigos.
Que sea tanto el temor que infunda que tenga uno que hacer algo exponiendo su propio bienestar y aun su salud porque si llega a la casa y no se ha hecho lo que uno anticipaba el otro comenzará una guerra verbal o física.
Todo esto tiende a desaperecer cuando se llega a los años de los cuales el ser humano dice "no tengo en ellos contentamiento" y entonces es tarde para aprender dar el verdadero valor a la familia, a las parejas y aún a los que nos rodean.
Un señor de algunos sesenta y pico de años me enseña las cicatrices de una larga operación en su pierna para destupirle una arteria obstruída y me dice que tiene una operación igual del corazón. Agitado comienza a darme la queja de cómo tiene que "fajarse" con una máquina que desgasta aun a los hombres saludables, para remover unas lozas de su casa, porque su esposa necesita que se cambie el piso.
Hace un tiempo atrás me encuentro con otro señor también de muy avanazada edad solicitando una máquina para destupir las cañerías del baño de su casa. Le explico que dicha máquina es muy pesada y hay que subir al techo con ella para poder hacer ese trabajo.
El anciano se echó a llorar y solicitó que le dieran una máquina cualquiera, aunque no vaya a hacer el trabajo porque si él llega a su casa sin una máquina la esposa lo iba a matar. En serio "she will kill me" dijo el viejito.
Estos son casos de parejas que no se tomaron el tiempo ni la delicadesa de arreglar sus asuntos cuando todavía estaban en pleno uso de sus facultades y ahora ya es muy tarde.
Las parejas jóvenes deben solicitar ayuda, si es necesario para poder arreglar esos asuntos ahora. Es muy triste llegar a la vejez con una persona que no te inspire confianza, respeto. Que no le importe tu destino con tal de que se haga lo que ella o él diga. Que tengan que vivir como dos perfectos extraños o peor aun enemigos.
Que sea tanto el temor que infunda que tenga uno que hacer algo exponiendo su propio bienestar y aun su salud porque si llega a la casa y no se ha hecho lo que uno anticipaba el otro comenzará una guerra verbal o física.
