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El guardián de un zoológico en China recurrió a una técnica
poco ortodoxa para liberar a un mono de un estreñimiento que amenazaba la vida
del animal.
El
pequeño mono había comido un maní entero que alguien arrojó a su jaula, y el
objeto estaba bloqueando el intestino del animal, informó El Huffington Post.
El
problema se agravó cuando el personal del zoológico comprobó que el maní debía
ser extraído manualmente, sólo que el minúsculo recto del mono no permitía el
paso de siquiera un dedo humano.
Frente a ese problema, Zhang Bangsheng se ofreció para
operar la compleja misión que consistía en introducir su lengua por el orificio
anal del animal para estimularlo a evacuar.
Tras
una hora de lamer el ano del mono, finalmente Bangsheng completó el cometido.