Jueves 28 De Junio 2012 by Frank Jiménez.
Etiqueta Deporte.
Por Agencia EFE
La selección italiana en la Eurocopa jugará la fina
este domingo, luego de derrotar este jueves a Alemania, dos goles a uno.
Italia, un equipo desorientado por los escándalos de las
apuestas antes de la Eurocopa ,
alcanzó la final tras derrotar por enésima vez a Alemania, que nunca pudo parar
el vendaval creativo de Andrea Pirlo, la imaginación de Antonio Cassano y la
pegada de Mario Balotelli.
Un par de selecciones acostumbradas a encumbrar al fútbol
con sus encuentros históricos se dieron cita en un choque en el que Alemania,
como siempre, partía como favorita. El pasado, repleto de derrotas ante el
combinado transalpino, parecía no importar. De nuevo, la “Mannschaft”,
convencida de juntar en un mismo equipo a tres generaciones diferentes de
jóvenes de talentos, saltaba al césped con el pecho hinchado de orgullo.
No había espacio para el recuerdo de las eliminaciones en
los Mundiales de México 1970 y Alemania 2006. Tampoco para la derrota en la
final del disputado en España en 1982. Ni para recordar que jamás Alemania
había vencido a Italia en una gran competición internacional. “El pasado no
vale”, dijo Löw antes del pitido inicial.
Pero sí cuenta. No estaba Bonisegna, ni Riva, ni Rivera, ni
Rossi, ni Tardelli, ni tantos otros que antaño dieran una lección a la gran
Alemania. Pero sobre el campo había otros jugadores bien aleccionados por un
entrenador, Cesare Prandelli, que ha cambiado el estilo de juego de un país
acostumbrado al conservadurismo.
Por encima del resto destaca el italiano Andrea Pirlo. Da
pena que siga cumpliendo años. Merecería ser eterno. Es un perfecto metrónomo,
un cerebro calculador con precisión alemana pero con el toque mediterráneo
necesario para crear magia. Y ante Alemania no falló.
Tras aguantar el tirón inicial de los hombres de Joaquim
Löw, con una buena ocasión del joven central Mats Hummels y otra de Barzagli,
que casi se marca un gol en propia meta, el jugador del Juventus decidió
hacerse con el balón y ponerse a jugar. Él solo pudo con Sami Khedira, un auténtico
“panzer” que arrasaba con todo en el inicio del encuentro.
Pirlo cogió la batuta y su equipo comenzó a carburar. De su
juego se aprovechó el imaginativo Antonio Cassano y el impredecible Balotelli.
Entre los tres cocinaron el primer gol con un cabezazo inapelable del ariete
del City, que repitió casi al final del primer acto. En esta ocasión, fue
Montolivo el que dio una asistencia sensacional para que Neuer sólo pudiera
contemplar el trallazo de Balotelli.
La historia volvía a repetirse. Italia otra vez ejerciendo
de “bestia negra”, aunque todavía quedase 45 minutos por delante. En ellos, Löw
buscó a Marco Reus para encontrar la chispa que necesitaba su equipo y que
consiguió en el primer cuarto del segundo acto. En ese tiempo, el joven del
Borussia de Dortmund revolucionó a los suyos y a punto estuvo de marcar con un
lanzamiento de falta que salvaron Buffon y el travesaño.
Sin embargo, aunque Italia perdió el balón, sabe defenderse
por naturaleza. Lo hizo a la perfección, hasta el final, sin apenas sobresaltos,
e incluso pudo aumentar el marcador al contragolpe, pero Marchisio y Di Natale
no pusieron la puntilla definitiva. Con los germanos sobrados de empuje, pero
faltos de ideas, el partido fue muriendo poco a poco y sólo el gol postrero de
Özil creó incertidumbre.
Con Italia no se cumple la cita del exdelantero inglés Gary
Lineker, que dejó una frase para el recuerdo: “El fútbol es un deporte de once
contra once donde siempre gana Alemania”. Se equivocó. En el fútbol, cuando se
enfrentan italianos y germanos, siempre ganan los primeros. Hoy, una vez más, y
van muchas. España espera en la final.
Italia se enfrentará a los actuales campeones españoles, en
una final para la que no se vislumbraban claros favoritos.