LUNES 19 De Noviembre 2012 by Frank Jiménez.
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Santo Domingo.- A quienes crean que un malévolo se redime al caer los años, en su Respuesta de este domingo 18 de noviembre, genio y figura hasta encontrarse con su mentor de 1961, en la sepultura, Vincho demostró que no hay redención posible. Por lo menos sin Balá de por medio.
Su tesis de choque es que las protestas tienen un sólo motivo: La noche del 20 de mayo, “la derrota electoral”, derrota electoral que tiene aún personas que discuten su legitimidad
Como siempre, el Dr. Castillo es el gran descubridor de planes turbios y ocultos. Un Sherlock Holmes de San Francisco, pero sin gorrita.
Hace alusión a la familia Vicini y narra una gran cena de gente de poder económico, de dinero tradicional de siempre.
Y como en sus mejores fobias vuelve al tema de Hipólito y planes de un golpe de estado electrónico en la junta, controlado y resuelto por la “bendita” mano de Dios.
Será importante recordar algo. Suele suceder en las matrices de credo de todos los símbolos de la derecha recalcitrante, creyéndose en poder de todo, le dan tareas a Dios, bastante especial.
Curiosamente crea vínculos entre la “Gran Cena” de los ricos de la nación, los scanner de la Junta, más de 24 y la voz grabada que llamaba a un ayudante de Hipólito, ex de izquierda, de origen árabe, para más señas.
Dice además: “Lo oyeron estos oídos que se lo han de tragar la tierra”, pero no explica cuando la tierra aplicará el verbo, esa era una información de interés nacional…
Pero el caldo del odio, amplio mar donde Vincho es buzo eterno, es demasiado ardiente.
De acuerdo al portal acento.com.do, mientras hablaba la sangre del veneno puro subía a sus mejillas, recorriendo los mismos lugares como cada domingo. Habla como el vencedor, declara los horizontes desagradables a toda esa prensa “basura”, que ni le va ni le viene, pero sigue atento a ella como una bruja a su escoba.
Vivir ahora tiempos post-electorales, en su factoría de bilis, le hace perder la coordinación del discurso y lo ahoga en su huerto de agonía y rencor.
Recurre a su tema manido, repleto de baba ociosa y repetitiva: El PPhachismo. Me cansa.
Confrontador profesional, es la única excusa que tiene para declarar que las Protestas no son conforme a derecho constitucional.
De repente en el recital de ira no oculta (porque el tema le produce rabia y bilis de Damián con ojos virados) se monta, y el espíritu de San Balá de los Paleros le llega a la garganta oscura y de bajos tonos “A la Calle, a la Calle”… Dice el más viejo discípulo vivo de Balá, el llamado y antiguo Palero Mayor.
(EnSegundos)