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Por: Ismael Batista
El
clientelismo plantea relaciones informales de intercambio reciproco de favores
y mutuamente beneficios entre dos
sujetos en la cual existe la diferencias de poder y control de recursos. En la
misma existe un patrón y un cliente. El patrón proporciona bienes materiales,
protección y acceso a recursos diversos y, el cliente ofrece en cambio
servicios personales, lealtad, apoyo político o votos.
En
la dinámica social el clientelismo tiene facetas diferentes, pero el
clientelismo político adquiere relevancia por sus implicaciones en la dinámica
de la sociedad y sus instituciones. Es una práctica oculta e informal que no
está regulada legalmente, en la cual, el objeto del intercambio son los
recursos públicos o del Estado.
En
la Republica
Dominicana el clientelismo político, en las últimas décadas,
se ha convertido en una práctica
cotidiana y normal. Impulsada por la clase
gobernante. Corroe y socava el sistema democrático, penetrando los más importantes estamentos del
Estado. Desvirtúa la misión de servicios y de interés público de las
instituciones, Infringiendo los aspectos técnicos de gestión, pues, se
convierten en reservorios clientelares.
El
clientelismo político es una actividad propia de políticos inescrupulosos, no
tiene ideologías, programas o agendas sociales. Como practica apartada del
derecho y la moral social está indisolublemente ligada a la corrupción tanto en
el quehacer político, institucional como en el social.
Facetas del clientelismo en el país
1- Institucional:
a) El Congreso Nacional, el más importante
poder del Estado, llegan las intríngulis del clientelismo político: de las 32
senadurías esparcidas en la geografía nacional, el Partido de la Liberación Dominicana
se reservo 26. Todas las reservaciones de candidatos a senadores fueron
seleccionados por el presidente del partido, presidente de la republica y
aspirante a la reelección. Disposición esta, que quebranto reglamentos de carácter electoral de
la organización política y consecuentemente enajeno al conglomerado partidario de valorar
y selecciona libérrimamente los candidatos a senadores de la organización.
Otros tantos hizo, en la otra parcela, la Comisión Política
del Partido Revolucionario Dominicano.
b) Las
alianzas concertadas entre partidos
políticos es fundamentada en el reparto
de erario público asignados a las instituciones y ministerios. De los modelos
clientelar de este tipo existen iconos referenciales por todas partes.
2- Social: el clientelismo político tiene como caldo de cultivo la pobreza, el
más relevante segmento social en término numérico. Pobreza es, incapacidad de satisfacer necesidades
básicas: alimentación, agua potable, vivienda, educación básica y atención
sanitaria esencial. Es el medio apropiado, de necesidades impostergables, para
ambos, el patrón y el cliente, realizar la gran labor proselitista de ganar adeptos y votos. En este intercambio
desigual el pobre es el gran perjudicado porque su condición socioeconómica se
mantiene igual o empeora.
Es
así como el clientelismo político y su aliado, la corrupción, engullen
cantidades descomunales de recursos. Se lo sustraen a la inversión social. Es
ahí donde está, en gran medida, la causa-efecto de la prevalencia de la pobreza en la Republica Dominicana.