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(CNN) — Ser espiritual pero no religioso puede llevar a problemas de salud mental, según un estudio reciente.
Las
personas espirituales pero no religiosas (en contraste con las personas
que sí son religiosas, agnósticas o ateas) son más propensas a
desarrollar un “trastorno mental”, “depender de las drogas” y “tener
hábitos alimenticios anormales”, como la bulimia y anorexia, según el
estudio publicado en la edición de enero de The British Journal of
Psychiatry.
“Las
personas que tienen creencias espirituales fuera del contexto de
cualquier religión organizada son más propensas a estas enfermedades”,
dijo Michael King, profesor en el University College de Londres e
investigador principal del proyecto.
El
30% de los encuestados que se identificaron como espirituales dijo que
había consumido drogas, casi el doble del 16% de los encuestados
religiosos, según el estudio.
Entre
los encuestados sólo espirituales, el 5% dijo que dependía de las
drogas, mientras que el 2% de los religiosos se identificó como
dependiente.
En
cuestión de salud mental, las personas espirituales pero no religiosas
eran más propensas a “cualquier trastorno neurótico”, “trastornos
mezclados de ansiedad/depresión” o “depresión” que sus contrapartes
religiosas. En general, el 19% de los encuestados espirituales dijo
tener un trastorno neurótico, frente al 15% de los encuestados
religiosos con la misma respuesta.
La
práctica de ser espiritual pero no religioso es difícil de definir y
tiene varias partes que no están claras. La frase normalmente es
utilizada para describir a las personas que no van a la iglesia, ateos
que creen en algún tipo de poder superior, pensadores libres y los no
afiliados. También es utilizada para las personas que mezclan diferentes
creencias.
En
pocas palabras, King lo describe como: “Las personas que tienen un
entendimiento espiritual de la vida en ausencia de un marco religioso
son vulnerables a los trastornos mentales”.
King
dijo que recibió una cantidad sustancial de correos electrónicos de
odio por el estudio. Pero el autor defendió sus resultados: “Si
consideras la dependencia a las drogas, son aproximadamente 77% más
propensos que los encuestados religiosos, y 24% más propensos a tener un
trastorno de ansiedad generalizado. Estas son diferencias muy obvias”.
El
estudio fue realizado con el gobierno de Gran Bretaña, que planteó las
preguntas como parte de un mayor estudio de psiquiatría, con una muestra
de 7,403 británicos. Se encontró que aproximadamente el 19% de su
población es espiritual pero no religiosa. En Estados Unidos, el sondeo
Gallup de 2002, con una muestra de 729 adultos, dijo que el 33% de los
estadounidenses se identificó como “espiritual pero no religioso”.
En
la mayoría de la investigación académica sobre religión y bienestar se
encontró que la religión es buena para las personas, dijo Tanya
Luhrmann, psicóloga, antropóloga y profesora de la Universidad Watkins,
en la Universidad Stanford en Estados Unidos.
La
religión organizada ofrece tres salidas que benefician al bienestar de
los que van a la iglesia: apoyo social, apego a un Dios amoroso y la
práctica organizada de la oración, explicó Luhrmann.
“Cuando
eres espiritual pero no religioso, pierdes los primeros dos puntos y la
mayoría de las personas espirituales pero no religiosas no practican el
tercero”, dijo Luhrmann. “Lo que funciona no es sólo una creencia
genérica en Dios; son las prácticas específicas lo que funciona”.
Heather
Cariou, una autora neoyorquina, se identifica como espiritual no
religiosa. El año pasado dijo a CNN que adoptó una espiritualidad que
mezcla el budismo, judaísmo y otras creencias. “No necesito definirme
como de una comunidad al ponerme dentro de una caja que me etiquete como
bautista o católica o musulmana”, dijo.
“Cuando
muera, creo que todas mis cuentas se irán a Dios, y que cuando entre al
reino eterno, no cruzaré una puerta etiquetada”, agregó Cariou.
La
frase "espiritual pero no religioso" ahora es tan común, que ha
generado su propio acrónimo en inglés (SBNR) y tiene su sitio web:
SBNR.org.
Tradicionalmente
las palabras “religioso” y “espiritual” estuvieron estrechamente
relacionadas, pero con el tiempo la segunda palabra comenzó a describir
una experiencia desconectada de los confines tradicionales de la
religión, particularmente de la religión organizada.
Como
era de esperarse, la práctica de ser espiritual pero no religioso es
duramente criticada por los representantes y feligreses de la religión
organizada. El sacerdote jesuita James Martin dijo a CNN en junio que la
frase, “soy espiritual pero no religioso”, se reduce a egoísmo.
“Ser
espiritual pero no religioso puede llevar a la complacencia y al
egocentrismo”, dijo Martin. “Si sólo son Dios y tú en tu habitación y
una comunidad religiosa no exige nada de ti, ¿por qué ayudar a los
pobres?”.