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En la instantánea se puede apreciar a una joven sonriendo junto a un cadáver mientras otra persona sujeta la sábana que lo cubría.
Los cadáveres que se encuentran en el centro son de personas anónimas que han decidido contribuir con su cuerpo a la investigación y a la ciencia, por lo que no pueden ser descubiertos durante la visita. La joven también hizo caso omiso sobre la norma que prohibía utilizar el teléfono móvil.
Ante el temor de ser expuslada del instituto, la joven borró la fotografía de su cuenta de Instagram, pero un compañero de clase capturó la pantalla antes de su eliminación, y se la enseñó a su hermana mayor, que fue quien se la enseñó a inspectores educativos y a medios de comunicación locales.
Según informa el diario ‘The Daily Mail’
