by Francisco Jimenez
“A todo los sitios que vamos, él se tira al agua; el otro día fue en Cachón (Barahona), que llegamos y de una vez se jondió. Él sabe nadar mucho”, narró el amigo de Emileidy Montero Medina, el joven de 26 años que ayer casi se ahoga en las aguas del Mar Caribe.
Salió hace quince días de su tierra natal, el municipio de Hondo Valle, en la fronteriza provincia Elías Piña, al sur del país.
En una vieja camioneta, junto a su amigo Miguel Encarnación y otro chico, llegaron a la ciudad capital donde se movían por diferentes puntos vendiendo “naranjas agrias”, para “hacer su diciembre”.
Ellos también trabajan en una finca de aguacates y en ocasiones se mueven a la ciudad en un camión para vender lo que sobra de esas frutas, que no logran ser exportadas.
Eran cerca de las diez de la mañana, cuando se detuvieron en la cercanía de la avenida Abraham Lincoln con George Washington (el malecón de Santo Domingo) y el joven decidió hacer lo que casi siempre hace, “darse un chapuzón”.
Esmileidy se metió al mar voluntariamente para bañarse, pero fue arrastrado por las olas, se mantuvo a flote, y pidió auxilio a sus compañeros que se quedaron fuera del agua.