Comer con moderación
activa una molécula que ayuda al cerebro a mantenerse joven, según un estudio
llevado a cabo en ratones por investigadores italianos.
Los científicos de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Roma
descubrieron que esta molécula, llamada CREB1, se activa en el cerebro de los
ratones sometidos a una dieta baja en calorías.
La molécula a su vez estimula los genes relacionados con la longevidad y
el buen funcionamiento cerebral, afirma el estudio, publicado esta semana en
“Proceedings of the National Academy of Sciences USA” (PNAS).
De hecho, los efectos beneficiosos de una dieta hipocalórica sobre el
cerebro desaparecen si los ratones carecen de esta molécula.
“Por primera vez hemos identificado un importante mediador de los efectos
de la dieta sobre el cerebro”, señaló Giovambattista Pani, del Instituto
general de Patología de esa universidad romana, uno de los autores principales
del estudio.
Según el científico, el descubrimiento “tiene importantes implicaciones
para el desarrollo de futuras terapias para mantener el cerebro joven y
prevenir su degeneración y el proceso de envejecimiento”.
“Esperamos hallar un modo de activar la CREB1 con nuevos medicamentos, de
modo que se pueda mantener joven el cerebro sin necesidad de una dieta
estricta”, afirmó Pani.
Diversos modelos experimentales ya han demostrado que una dieta baja en
calorías, en la que los animales ingieren hasta un 70 por ciento de los
alimentos que consumen normalmente, mejora la capacidad cognitiva y aumenta la
esperanza de vida.
Pero hasta ahora se desconocía el mecanismo molecular concreto
responsable de este efecto positivo, según el estudio.