Un grupo de 274 haitianos que sobrevivieron al terremoto que devastó su país en 2010 y a los desbordes de caudalosos ríos amazónicos en Perú en febrero pasado, siguen varados en la frontera con Brasil, cerrada ante sus aspiraciones de encontrar un mejor lugar para vivir.
Desde enero, los inmigrantes haitianos se encuentran varados en la pequeña localidad peruana de Iñapari, una zona selvática pobre y fronteriza con Brasil, por una ley brasileña que restringe su ingreso a ese país.
Tras las inundaciones en Iñapari, los haitianos dejaron la parroquia que los albergaba desde su llegada para instalar sus colchones en la plaza principal, en un parque y en una casa abandonada que les ha proporcionado el municipio.
Su vida a la intemperie los ha golpeado una vez más y esta vez les ha provocado cuadros de ansiedad y depresión, según confirmó a Efe Roberto Chávez, uno de los tres médicos que existen en el lugar.
La incertidumbre, la falta de dinero y las precarias condiciones en las que viven los ha hecho sentirse olvidados en un lugar donde ni siquiera dominan el idioma de los locales.
Sus días transcurren jugando cartas, conversando entre ellos y comiendo tallarines o frejoles que preparan una vez al día en una olla común, mientras esperan noticias para cruzar el puente que los separa de Brasil, según constató Efe.
"Yo puedo hacer de todo", sostuvo a Efe uno de los inmigrantes que sueña con integrarse a una obra de construcción en el lado brasileño.
Algunos haitianos dejaron a sus familias en su país para enviarles dinero una vez instalados en Brasil, una suerte de tierra prometida para ellos, donde aspiran a tener cualquier oficio.LEER MAS.