Un lavabo público, remodelado pero que aún conserva sus urinarios y letrinas, es desde hace seis años el hogar de Zeng Lijun, un inmigrante rural chino de 33 años, junto a su esposa y su hijo de 14 meses, según la prensa oficial china.
Zeng, quien dice sentirse satisfecho con su actual morada, ha dispuesto su cama sobre una letrina (tapada con tablas), y la televisión descansa en una mesa cuyos apoyos son dos urinarios.
“Mi vida es mejor ahora que antes, cuando tenía que apañármelas como fuera”, comentó el inmigrante.