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SAN JUAN. La creciente presión policial sobre
la frontera norte de México está haciendo que la droga colombiana se abra
camino por rutas alternativas en el Caribe, donde Puerto Rico se ha convertido
en una de las principales puertas de acceso a Estados Unidos.
Así lo explicó hoy a
Efe el jefe de la
Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) para la región del
Caribe, Pedro Janer, quien detalló que esa presión en la frontera mexicana ha
provocado que las bandas de narcotraficantes pongan su punto de mira en el
Caribe como ruta alternativa para introducir cocaína en el país norteamericano.
Janer, que dirige su
departamento desde San Juan, apuntó que los narcotraficantes, a medida que se
ha endurecido la tradicional vía mexicana, han mirado hacia el Caribe, donde se
han abierto varios corredores, y advirtió de que en las últimas fechas se ha
detectado un incremento de la actividad en la llamada Ruta del Este.
Esta isla, territorio
estadounidense desde 1898, recibe la droga almacenada en República Dominicana
para convertirse en el último trampolín antes de alcanzar la costa este de
Estados Unidos.
"La droga, una vez
en Puerto Rico, es mucho más fácil de hacerla llegar al Estados Unidos
continental", afirmó Janer, tras explicar que los medios utilizados por el
narcotráfico van desde contenedores de barcos hasta aviones que salen del
aeropuerto de San Juan, pasando por el uso de compañías de correo postal.
La droga se dirige
preferentemente a la costa este de Estados Unidos debido, según dijo, a la
presencia de grandes colonias de puertorriqueños y dominicanos en Nueva York,
Florida y otras ciudades de esa parte del país, lo que hace que los contactos
sean mucho más fluidos.
"En los últimos
tres años ha habido una buena racha de droga intervenida, gracias, sin duda, a la
colaboración con otras agencias federales y con la Policía de Puerto
Rico", que en el mar sólo puede intervenir a hasta ocho kilómetros de la
costa, destacó Janer.
"Intercambiamos
información y se actúa según quién disponga de mejores recursos", explicó
el jefe de la DEA
en el Caribe.
Indicó que fruto de esa
colaboración ha sido posible la detención en los últimos años en Puerto Rico de
narcotraficantes tan buscados como Ángel Ayala Vázquez, mejor conocido como
"Ángelo Millones", condenado a cadena perpetua por cargos de
narcotráfico y lavado de dinero en octubre de 2011.
El juez sentenció de
por vida a Ayala Vázquez por introducir en Puerto Rico más de 9.000 kilos de
cocaína durante los cerca de 15 años que lideró una organización criminal desde
el área de Bayamón, distrito del norte de la isla caribeña.
El también
puertorriqueño David Figueroa Agosto, conocido como "Junior Cápsula",
se declaró culpable de un cargo de narcotráfico en marzo de 2012, con lo que se
puso fin a una historia delictiva de casi una década en la que el
narcotraficante erigió un imperio que tenía a la República Dominicana
como centro de distribución, según las autoridades.
Janer explicó que la República Dominicana
funciona desde cerca del año 2000 como centro y puente de almacenaje de la
droga que tiene como destino a Puerto Rico.
Los cargamentos de
droga llegados desde la
República Dominicana solían entrar en Puerto Rico por la
costa oeste, aunque la presión de agencias como la DEA en esa parte de la isla ha
hecho que la cocaína se intente descargar ahora en áreas solitarias del norte
de este estado libre asociado.
Muestras de esa nueva
tendencia es el alijo de cerca de 180 kilos de cocaína incautado a 27 kilómetros de la
costa de Dorado, distrito del norte de Puerto rico, en una operación contra el
narcotráfico llevada a cabo el pasado 13 de abril.
Unos días después, el 4
de mayo, agentes federales incautaron 150 kilos de cocaína, con un valor
aproximado en el mercado negro de 12 millones de dólares, en una embarcación
localizada también frente a Dorado.
Janer destacó que el objetivo
de la DEA es que
República Dominicana pierda fuerza como eje logístico para el paso de la droga
a Estados Unidos vía Puerto Rico, tarea para la que cuenta con la estrecha
colaboración en Santo Domingo de la Dirección Nacional
para el Control de Drogas.