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Han
recortado el horario de culto para no salir demasiado tarde del templo.
El
párroco de una iglesia de Buenos Aires (Argentina) decidió contratar seguridad
privada para su parroquia, cansado de los robos que sufren los fieles al acudir
a misa.
"Desde
hace tiempo tenemos problemas de inseguridad, fuimos víctimas de varios robos,
algunos a mano armada y muy violentos", dijo Julio Torres, párroco de la
iglesia Patrocinio de San José, ubicada en el exclusivo barrio de la Recoleta , en la capital
argentina.
Desde hace varias semanas un
uniformado permanece en la entrada y dentro de la parroquia "entre seis y
ocho horas cada día", explicó Torres.
"La situación nos preocupa
y nos da miedo, las horas (en las que permanece abierta la iglesia) se han
reducido porque la gente no quiere salir de noche", añadió. Torres explicó
que el coste de la seguridad privada es sostenido con donaciones de los fieles.