Viernes 29 De Junio 2012 by Frank Jiménez.
Etiqueta Noticia.
WASHINGTON HEIGHTS.- Tras
escuchar la palabra 'imposible' durante sus 20 años de vida, Randy Reyes -un
joven dominicano que sufre de parálisis cerebral- se graduó ayer con honores de
una secundaria en el Alto Manhattan.
Nació
prematuro, y los médicos dijeron que no sobreviviría, por lo que fue bautizado
'in artículo mortis', cuenta su madre, María Reyes.
Cuando salió adelante, los
doctores aseguraron que, por su enfermedad, nunca iba a poder andar o caminar.
Al querer ir a la escuela, muchas no le aceptaron porque no le consideraban
capacitado. Cuando estudiaba, las múltiples operaciones quirúrgicas que ha
sufrido por sus problemas de salud -21 en total, la última hace sólo unas
semanas, en su último día de escuela- le hicieron pensar que nunca iba a acabar
el colegio.
Randy hoy día
camina, habla en dos idiomas, es autosuficiente y se ha graduado en la
secundaria de Comunicación de Artes Gráficas entre los primeros de su clase.
Ahora se prepara para ir a la universidad para convertirse en maestro de educación
especial y poder decirles a estudiantes como él que nunca se rindan.
"Si yo
puedo, tú puedes, eso es lo que diría a los que tienen dificultades y no se ven
capaces de conseguir cosas en la vida", dice Randy, durante una visita a
su apartamento de Washington Heights, donde vive con su madre, su sobrina y su
hermano mayor. "Sólo se necesita apoyo y algo de ayuda".
La ayuda y el
apoyo le ha llegado siempre a Randy a través de su madre.
"Randy y
yo hemos pasado 20 años reeducando a directores de escuela, profesores y
médicos que sólo nos decían 'no'", dice María Reyes. "La realidad es
que sólo una madre conoce de verdad a su hijo. No hay que dar un paso atrás ni
dejar de tocar puertas hasta que te las abran. Me gustaría ponerme en contacto
ahora con la experta que me dijo cuando él tenía cuatro años que no iba a
hablar y que no se podía hacer nada".
Las barreras no
han acabado para Randy. Pese a haberse graduado con honores, hasta seis universidades
le han rechazado porque no estaban convencidos de las notas y datos que
aportaba.
"Es lo
malo de este país, en el que reducen las personas a cifras", se lamenta la
madre. "Por otra parte, creo que fuera de Estados Unidos, mi hijo nunca
hubiese conseguido lo que ha obtenido. Aquí están todas las armas y los
servicios necesarios, lo único que falta es entrenar y educar a los padres.
Espero que el ejemplo de mi hijo les alumbre".
Al final, el
Borough Manhattan Community College aceptó a Randy y ha puesto todos los medios
a su disposición para que pueda tener una gran experiencia universitaria, que
comenzará en septiembre.
Mientras tanto,
el joven tiene un sueño: "Ahora que he demostrado a todos lo que puedo
hacer, me gustaría conocer el mundo".