Domingo 24 De Junio 2012 by Frank Jiménez.
Etiqueta Noticia.
Puedes continuar ahogándote en tu
propio e inmenso vaso de agua… o puedes ignorar su tamaño y dar ese primer paso
que te sacará de la situación en la que te encuentras, que te permitirá ver las
puertas que Dios abre delante de ti, hacia tu liberación.
Es
una expresión muy usada en mi país. Significa que cualquier pequeña dificultad
lo supera. Que se ahoga con muy poco. Que sucumbe ante mínimos obstáculos.
A veces pienso que ese bien podría ser yo mismo. Que muchas
veces las circunstancias, las presiones, las dificultades son mi propio vaso de
agua en el que naufrago.
El punto no es qué tan grande es, sino qué tan grande lo
hacemos nosotros mismos a ese vaso de agua.
Un sabio oriental dijo alguna vez: “Toda gran travesía comienza con un solo paso”. Y a
la hora de enfrentar las dificultades, cada uno de los seres humanos tenemos disponible
para nosotros exactamente lo mismo: el paso inicial.
David a la hora de enfrentar al gigante filisteo, confiado
en Dios tuvo que dar un paso inicial. Después vinieron otros pasos con Dios
abriendo el camino; pero David TUVO QUE DAR ESE PRIMER PASO ADELANTE.
Con la debida autorización de sus
protagonistas, hoy puedo compartir el testimonio de dos amados hermanos en el
Señor. Hacía varios años que estaban casados y sin poder tener hijos, cosa que
era lo que más deseaban en el mundo. Un día, el esposo con intenciones de
adoptar un niño, se recorrió todos los tribunales de familia de la ciudad y no
halló otra cosa que desprecio, apatía, indiferencia; la más absoluta indolencia
de empleados públicos a los que sólo les importaba cumplir con un horario de
trabajo. Abatido y vencido ese día retornó a su casa derrotado. Todas las
puertas parecían estar cerradas.
Un par de semanas más tarde, un pariente, de quien menos
esperaban esto; simplemente preguntó durante una reunión de familia: “¿Ustedes
quieren adoptar un niño?”.
Esa persona había sido enviada por Dios con las llaves de la
oportunidad que tanto deseaban. Sin ánimo de entrar en los detalles, hoy son
padres de una hermosa niña.
HUBO QUE DAR UN PRIMER PASO. Y eso Dios lo ha dejado liberado a
tu libre albedrío.
Puedes continuar ahogándote en tu
propio e inmenso vaso de agua… o puedes ignorar su tamaño y dar ese primer paso
que te sacará de la situación en la que te encuentras, que te permitirá ver las
puertas que Dios abre delante de ti, hacia tu liberación.
Autor: Luis Caccia Guerra