Domingo 24 De Junio 2012 by Frank Jiménez.
Etiqueta Noticia.
Hace apenas dos semanas nos
sorprendía la historia de un leopardo salvaje que cayó accidentalmente en un
tanque de agua de una granja en las afueras de la ciudad de Sangatram, en la India.
Ante la altura de los muros, el animal había estado luchando para salir
del agua cenagosa durante más de una hora, hasta que llegaron sus rescatadores
con una escalera, que rápidamente escaló con equilibrio para desaparecer en el
bosque cerca de una plantación de té. Puedes ver las fotos después del salto.
Parece que el truco de la
escalera para ayudar a estos ágiles felinos está muy interiorizado por los
guardabosques indios, pues no dudaron en utilizarlo también en este otro
reciente caso donde decenas de trabajadores de otra plantación de té cerca de
Siliguri, en el estado oriental de Bengala Occidental, se reunieron alrededor
de un depósito para ver cómo un leopardo, sumergido hasta el cuello en el agua,
trataba de salir de la trampa en que se había convertido.
Aunque en esta ocasión tuvieron
que poner en marcha un plan B y sustituir la escalera por otro elemento de
rescate.
Efectivamente. Los funcionarios
forestales, alertados por el administrador de la finca, primero lo intentaron
con la socorrida escalera, pero al ser demasiado corta acabó flotando en el
agua sin ninguna utilidad.
Así que su plan B para ayudar a
escapar al depredador consistió en utilizar una gran red para la ascensión del
felino. Así lo hicieron, atándola a la superficie y lanzándola al interior del
depósito. El encargado de hacerlo utilizó el preceptivo casco de motorista y un
peto anti-balas, para evitar zarpazos en caso de ascensión repentina del animal.
Gracias a esta red el leopardo
logró ganar un punto de apoyo y se encaramó para salir corriendo a esconderse
en la seguridad de la selva, mientras una cerrada ovación surgía del público
presente.
Y es que había tanta gente que
parecía que hubieran puesto gradas en la granja para ver el espectáculo.
Menos mal que
el animal salió disparado en dirección contraria a la algarabía, pues podía
haber armado una buena.