Domingo 08 De Julio 2012 by Frank Jiménez.
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El ser humano es una criatura eminentemente social. Aun así,
la mayoría de zonas del cerebro destinadas a la interacción con otras personas
trabajan también durante los comportamientos individuales. Un grupo de
investigadores de la
Universidad de Duke ha descubierto una región, la conjunción
temporal-parietal (CTP), que sólo entra en funcionamiento cuando se interactúa
con otro individuo. Y además sólo lo hace si lo considera importante para sus
intereses.
Los
científicos responsables de esta investigación diseñaron una versión muy
simplificada del póquer y pusieron a jugar a un grupo de personas, entre sí y
contra un ordenador. Durante las partidas analizaron la actividad cerebral de
los participantes mediante una Imagen por Resonancia Magnética funcional (IRMf),
y descartaron las zonas que se activaban tanto contra un rival humano como
contra un rival informático. Hasta que sólo quedó la conjunción
temporal-parietal.
Pero se
dieron cuenta de que, aunque la
CTP sólo se activaba en competición contra humanos, tampoco
entonces lo hacía siempre. Es necesario que la persona perciba que la otra es
importante. Es esta misma región del cerebro la que determina, cruzando
información biológica con información sensorial, primero si está ante otro
individuo, y después si es un rival digno.
A través de
mediciones en tiempo real de la conjunción temporal-parietal, los
investigadores pudieron predecir la jugada —apostar más o pasar— de un humano
contra otro, aproximadamente un 75% de las veces. Cuando se jugaba contra un
ordenador, como el TPJ no se activaba, era imposible hacer predicciones —aunque
sí utilizando otras zonas del cerebro—.
El TPJ no
sólo se activa en situaciones de confrontación. «Probablemente también entra en
acción cuando se participa en algo positivo, colaborativo», aseguró McKell
Carter, líder de la investigación. Durante los experimentos se observó que, por
lo general, los participantes prestaban más atención a sus rivales si estos
eran humanos. Algo, afirmó, «coherente con la tendencia humana a ser sociales».
«Hay
diferencias neuronales fundamentales entre las decisiones tomadas en
situaciones sociales y las que no lo son», afirmó Huettel, co-autor del
trabajo. «La información social puede provocar que nuestro cerebro aplique unas
normas diferentes que con información no-social», aseguró. «Es importante tanto
para los científicos como para los legisladores conocer los mecanismos de toma
de decisiones en ambos contextos».
Entender los
mecanismos por los que el cerebro identifica competidores y colaboradores
relevantes, en definitiva, puede facilitar a comprender mejor algunos
mecanismos sociales como la deshumanización o la empatía.
Fuente: ABC