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Cuando alguien escucha hablar de la zona Este de República Dominicana es muy probable que visualice hermosas playas de arena blanca, campos de golf e imponentes infraestructuras hoteleras, atractivos que sin duda la convierten en un gran polo turístico del país. Sin embargo, esta región también refugia interesantes espacios culturales que ameritan ser visitados.
Un recorrido por la Cueva de las Maravillas, por ejemplo, es un paseo por la historia. Un lugar que deslumbra con sus impresionantes formaciones geológicas, pinturas rupestres, estalactitas, minerales como la calcita, rocas calizas arrecifales… son sólo algunos de los atractivos que posee esta magnífica obra de la naturaleza.
Según Alexis Espiritusanto, quien sirve de guía en la cueva, allí se conservan unas 472 pinturas que datan de 500 a 1,100 años y los dibujos corresponden a los taínos, quienes utilizaban esta cavidad subterránea para realizar ritos religiosos, funerarios y como refugio ante el mal clima.
Durante su exposición y con pleno dominio del tema, Espiritusanto garantiza la autenticidad de las pinturas; aunque aclara que algunas fueron ligeramente restauradas.
Su aval es que en el 197 2el arqueólogo dominicano Marcio Veloz Maggiolo colectó muestras de cada una de ellas a las cuales se les aplicó la prueba de datación por radiocarbono (carbono 14) en España.
Su aval es que en el 197 2el arqueólogo dominicano Marcio Veloz Maggiolo colectó muestras de cada una de ellas a las cuales se les aplicó la prueba de datación por radiocarbono (carbono 14) en España.
Dice que por medio de este estudio se comprobó que las pinturas rupestres fueron realizadas con carbón vegetal, savia de los árboles, excremento de murciélagos, grasa y sangre animal.
Espiritusanto, quien deja ver a todas luces su pasión por lo que hace, además del español, domina el alemán, el inglés, el italiano y el francés. También cursó altos estudios en lenguas modernas. CONTINUAR LEYENDO