Lunes 09 De Julio 2012 by Frank Jiménez.
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Un estudio científico realizado
con niños de Finlandia señala que los bebés que crecen con perros tienen menos
probabilidades de sufrir infecciones de oídos o problemas respiratorios que
aquellos que no tienen mascotas en casa.
La investigación publicada en la
revista estadounidense Pediatrías sugiere que estar rodeado de un perro que
pasa parte de su día al aire libre fortalecería el sistema inmunológico del
niño en su primer año de vida.
Los gatos también ofrecerían este
tipo de protección para los bebés, aunque el efecto sería menor que con los
perros. La investigación fue realizada sobre 397 niños en Finlandia, donde los
padres llevaron semanalmente durante un año a analizar el estado de salud de
sus pequeños de entre nueve y 52 semanas de edad.
Así, el estudio concluyó que
los bebés que conviven con gatos o perros tienen un 30% menos de posibilidades
de presentar síntomas de infecciones respiratorias -que incluyen tos, rinitis y
fiebre-, mientras que alrededor de la mitad probablemente no sufrirá infecciones
de oído.
El perro en medio del hogar
La diferencia
más notoria fue observada entre los niños que tienen a un perro dentro de casa
por unas seis horas al día contra aquellos que no tienen mascotas o que las
colocan siempre afuera.
"Brindamos una evidencia
preliminar de que tener un perro puede ser beneficioso contra infecciones en el
tracto respiratorio durante su primer año de vida", destaca el estudio.
"Estimamos que el contacto
con animales ayudaría a madurar el sistema inmunológico, llevando a una
respuesta inmunológica más tranquila y a una breve duración de las
infecciones", destaca.
El resultado fue significativo,
incluso después de que los investigadores descartaran otros factores
influyentes, como no haber sido amamantados, asistir a la guardería, haber sido
criados por fumadores o padres con asma, o convivir con otros niños.
Además de tener menos
infecciones en los oídos e infecciones respiratorias, los bebés que viven con
perros tienden a precisar de menos tratamientos con antibióticos en comparación
con aquellos que viven en hogares sin mascotas, destacó.
Los autores del estudio en
Finlandia destacan que su análisis se diferencia por haberse enfocado
exclusivamente en el primer año de vida y no incluye la presencia de otros
niños.